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miércoles, 31 de diciembre de 2014


Destino Inexorable

Los años van, los años vienen; y en el camino no se detienen. Está escrito, literalmente, en las estrellas (El sol es una estrella y por la rotación de la tierra en torno a el, definimos el tiempo). Así ha sido y así será hasta el fin de la historia. No podemos cambiar eso, pero sí podemos cambiarnos a nosotros mismos. Para la inmensa mayoría de las personas, el iniciar un Nuevo año es sinónimo de empezar de Nuevo, de otra oportunidad para hacer las cosas bien, de cambio, de buscar otras formas de ser felices. Usan el cambio de la fecha como un detonante psicológico, como un gatillo mental. Personalmente creo en vivir día a día y no trazarme metas demasiado lejanas, cada 2 o 3 meses hago la evaluación pertinente y veo lo que me falta, analizo las fallas y trato de solucionar los problemas que se hayan presentado. Por otro lado, hay gente que no se preocupa con esto. A la que como se dice popularmente : “ni le va, ni le viene.” Y no se hacen ningún tipo de meta u objetivo, no tienen sueños, no creen en desafíos y como consecuencia no progresan. Ya sea que te encuentres en cualquiera de los 3 grupos mencionados, la realidad es que el tiempo es inexorable, pasa y no regresa, y si perdiste la oportunidad en algún momento, es dificil que la vuelvas a tener exactamente igual después. La naturaleza está en constante cambio, todo está en movimiento. Desde los planetas hasta los átomos, desde los organismos unicelulares hasta el universo, nada está estático. El movimiento es sinónimo de vida. Solo lo muerto está detenido. Solo lo inanimado está sin movimiento.


Y fue ese mismo movimiento el que nos trajo a ti y a mi hasta aqui, hasta ahora, a las puertas de un 2015 que se veía tan lejano. Ya nos cayó encima y con el vienen nuevos desafíos, nuevas metas a alcanzar, por supuesto que nuevos problemas y también nuevas luchas. Lo importante va a ser la actitud con la que los enfrentemos. Eso va a determinar mi destino y el tuyo. La gama de posibilidades es infinita y cada una te llevará a un final diferente. De las decisiones que hagas va a depender el resto de tu vida, porque el artífice de tu destino eres tú, el arquitecto de tu vida y el capitán de tu propio barco. Las circunstancias externas o las personas solo te van a afectar o a favorecer de acuerdo a cómo las sepas encajar en tus decisiones, a como las puedas hacer piedras de tropiezo o peldaños de superación. De ti depende el rumbo que tu vida está llevando hasta ahora y en el futuro. Dios está ahi pero El no hace que las cosas pasen o dejen de pasar. Eres tu mismo o misma quien con sus decisiones está pintando la acuarela de su destino. Dios solo te da el lienzo en blanco. Tú le pones los colores.



Hay un texto bíblico que siempre me ha llamado la atención y en el cual medito cuando me encuentro como hoy, en los umbrales de lo desconocido, una nueva etapa en la vida, un año que empieza con una página en blanco. Se trata de Deuteronomio 30:15 “Mira que he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal.” Es apropiado para hoy. Delante de nosotros se encuentran dos caminos, dos posibilidades, que van a desarrollarse según nuestras elecciones. Dios nos dice que ambos caminos están frente a nosotros, listos a ser recorridos. Y en el verso 19 es mucho más enfático y nos da un consejo: 19 “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.”


Dios no puede decidir por nosotros, Dios no puede vivir nuestra vida y tomar nuestras decisiones. Lógicamente el quisiera, pero no puede. Existe algo que se llama “Libre albedrío” la libertad de elección contra la cual ni las fuerzas del bien ni las del mal tienen poder. Esa libertad de elección está hoy en tus manos y en las mías. Lo que nos suceda será solo la consecuencia de haber tomado un camino. Sin embargo, el Señor no nos deja solos a nuestra suerte, nos da un consejo :  “Escoge, pues, la vida -nos dice- para que vivas tú y tu descendencia.

Los planes que Dios tiene para tí son enormes, lindos, buenos desde todo punto de vista, llenos de éxito. Pero a ti te corresponde elegir. No existe algo tan siniestro como la predestinación en donde no hay control sobre lo que pase en nuestra vida. Cada uno de nosotros es responsable de elegir.  Escoge pues, la vida. Es el consejo del Altísimo.  Hoy, a las puertas de un Nuevo año, cuando la página está aún en blanco, Dios te dice, escoge la vida, si quieres. El no puede decidir por ti, tus amigos no pueden decidir por ti, tus padres no pueden decidir por ti, tus hijos no pueden decidir por ti. El único o única que puede hacerlo eres tú y nadie más que tú. Recuérdalo siempre.
 

Y tú? Qué harás mañana?



Feliz Año Nuevo 2015


1 comentario:

Unknown dijo...

Saludos, este es mejor que el anterior.